sábado, 16 de marzo de 2013


Descorporativización de la justicia  


  Escribo esto para pasar en limpio un par de cuestiones y malos entendidos que pueden surgir cuando hablamos  de "democratizar" la justicia sin comprender el marco conceptual que abarca la problemática a analizar, ya que tratándose el Poder Judicial del único poder que no es, ni debe ser democrático por esencia republicana, ya que está en su creación y funcionalidad, NUNCA representar a las mayorías, sino desde una altura moral y racional superior (exigida en la racionalidad de sus actos por el artículo 1° de la Constitución Nacional) poder entender con principios de justicia, una solución a la problemática que se le presente respecto del particular al cual el sistema penal persigue con ánimos de castigo.

  Es indiscutible que entendiendo al sistema penal en su esencia selectiva, hegemónica en el uso de la violencia y expropiadora del rol de la víctima, se genera una situación en la que, dentro del contexto de un proceso penal, el particular a quien se le imputa la comisión de un delito debe soportar el peso de la sociedad que constituye un Estado, el cual se ve dirigido y representado por un Gobierno, quien a su vez cumple tres funciones principales, recordando que el poder es UNO SOLO, que es originario y que deriva de la Constitución Nacional, el cual manda a organizar las tres funciones de gobierno: administrativa, legislativa y judicial (porque una sentencia judicial ES UN ACTO DE GOBIERNO, en el contexto del servicio público de administración de justicia), existe una notoria situación de desigualdad que el ordenamiento jurídico en forma proteccionista regula y pone un límite por medio del derecho penal.

  Por otro lado, y en este orden de ideas, es destacable recordar que al hablar en términos de “democracia” nos estamos refiriendo a una forma de gobierno no adoptada por nuestra constitución (no es casualidad que el texto constitucional en ningún momento se refiera a la forma democrática, sino a la representativa y republicana), por tratarse de una forma corrupta de gobierno, tal como describiese Platón, donde por vivir en una sociedad de seres imperfectos y corrompibles (esto es: el hombre) la monarquía se corrompe en tiranía, la aristocracia en oligarquía y la poliarquía (la cual refiere al gobierno de muchos y no de la mayoría, es de imposible cumplimiento, por ende una utopía) deviene en democracia, entendida esta última como el gobierno de las mayorías en detrimento de los derechos de las minorías (o al menos susceptible de ser avasalladas por no existir una limitación a las potestades de las primeras por sobre las segundas). Es por eso que lo que propone es una REPÚBLICA.

  Bajo estas aclaraciones preliminares, vale resaltar que el mal llamado Poder Judicial es el único “poder” no REPRESENTATIVO, esto es: no elegido en forma directa por el pueblo (por ende por las mayorías), y es esencial que (repito) NUNCA sea “democrático”, por tratarse del único poder que se interpone entre la pretensión punitiva del Estado y las garantías que nuestro ordenamiento jurídico otorgan al imputado en el marco de un proceso penal y en la regularidad de la vida ciudadana.

  En estos términos lo que se debe recalcar es que con lo antedicho es necesario que NUNCA intervengan las mayorías ni en su elección (al menos en forma directa) ni en sus decisiones de gobierno, de lo contrario terminaríamos teniendo un “poder tirano” donde la administración de justicia no pasaría de ser mas que un mero verdugo al servicio del clamor popular.

  Es de esta manera que, de acuerdo a las cuestiones debatidas (composición del organismo seleccionador de magistrados, acceso a la justicia, acceso meritocrático laboral al poder judicial, oscuros tecnicismos en la dinámica del proceso para con los justiciados, distanciamiento y trato elitista por parte de los magistrados respecto de la comunidad, etc) podemos observar que la raíz de estas cuestiones se relaciona mas con la esencia CORPORATIVA en la que se maneja la institución judicial en general. Esto es:
  •       En forma verticalista y por medio de un claro escalafón jerárquico (sin hacer referencia a la diferenciación entre el principio de jerarquía que rige para la organización el Ministerio Público y que no ocurre con el Poder Judicial) a nivel corporativo: que va desde la investidura “magistrada” del superior a la figura sobreexplotada del inferior dentro del escalafón laboral;
  •  En forma burocrática y por ende a través de un lenguaje técnico que dificulta el entendimiento de los beneficiarios del servicio de administración de justicia, pero que garantiza la participación exclusiva y habilitante de la profesión letrada. También por demos agregar la falta de transparencia en el manejo formal, estado y situación de las causas;
  •  Con intereses particulares y corporativos que la conducen a la búsqueda de nuevos espacios de poder (como inmiscuir en esferas potestativas de otros poderes);
  • Beneficiar a sus integrantes (exención por acordada de la misma Corte de que los jueces no paguen impuesto a las ganancias, políticas de acceso laboral de “amiguismo”, beneficios económicos en posgrados).
  Es por eso que al tratar esta problemática tenemos que entender su raíz y naturaleza constitutiva para poder interpretarla, comprender de qué manera paliar con ella y saber con qué universo de expectativas esperar resultados. De esta manera estaremos tratando el problema con la entidad y responsabilidad que a mi entender le corresponde.


Por: Juan Pedro Uralde

2 comentarios:

Alberto Bovino dijo...

Gracias Juan por el aporte. Saludos,

AB

Anónimo dijo...

Juan yo estoy 100% de acuerdo con vos en lo que decis e insisto con mi punto de educacion. Se supone que el poder judicial es un conjunto de personas formadas y capacitadas para trabajar. Los problemas que surgen del mismo, no son mas que el fiel reflejo de la falta de capacitacion que surgen del mismo.
No creo que el problema como dice la presidente se solucione con la eleccion popular.
La solucion esta dada en el control que los profesionales y las partes en los casos hagan del poder judicial.
Cuantos nos hemos encontrado con el mal trato de un empleado de mesa de entradas? O con un juez como el de garantias 2 de san isidro que solo permite que vayan abogados a la mesa a ver expedientes cuando se supone que el proceso es "publico"?
Pero todos nos quedamos callados. El verdadero control seria ir al consejo de la amgistratura para que tomen conocimiento del mal desempeño de los funcionarios judiciales, cuantas veces sea necesario, hasta que APRENDAN/ sse eduquen, como debe ser su funcion tanto en el momento resolutivo, como con el trato con los letrados, las partes, y todo aquel interesado en el buen funcionamiento de la justicia.
Bien diijiste, democratizar algo que se puede hacer funcionar bien por otro medio es tan solo permitir que el deseo de venganza de cierto ssector de la sociedad controle las decisiones que mas personalmente le afectan al pueblo.
(Mi idea es un tanto confusa porque estoy en el colectivo esccribiendo, pero espero puedas entenderla.) Saludos. Florencia iturrieta